13 ¡Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!’
14 “Escribe también al ángel de la iglesia de Laodicea: ‘Esto dice el Amén, el testigo fiel que dice la verdad, el origen de todo lo que Dios creó:
15 Yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
16 Pero como eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que nada te hace falta; y no te das cuenta de que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
18 Por eso te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego, para que seas realmente rico; y que compres de mí ropas blancas para vestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y colirio para aplicártelo a los ojos y que veas.
19 Yo reprendo y corrijo a los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y vuélvete a Dios.