1 Pablo, apóstol, no enviado ni designado por los hombres, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre que le resucitó de los muertos,
2 junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de la provincia de Galacia.
3 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros.
4 Jesucristo se entregó a la muerte por nuestros pecados, para librarnos del presente mundo perverso, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.
5 ¡Gloria a Dios para siempre! Amén.
6 Estoy muy sorprendido de que tan pronto os hayáis alejado de Dios, que os llamó por el amor de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio.
7 En realidad no es que haya otro evangelio, pero sucede que algunos os están perturbando y quieren trastornar el evangelio de Cristo.