21 ¿Acaso esto significa que la ley de Moisés está en contra de las promesas de Dios? ¡De ninguna manera!, porque si la ley pudiera dar vida, entonces uno podría ser hecho justo por medio de la ley.
22 Pero, según dice la Escritura, todos son prisioneros del pecado, para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido.
23 Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos esperando a que la fe fuera dada a conocer.
24 La ley, como el esclavo que vigila a los niños, nos acompañó hasta la venida de Cristo, para que por la fe alcanzásemos la justicia.
25 Pero ahora que ha llegado la fe ya no estamos a cargo de aquel esclavo que era la ley.
26 Porque por la fe en Cristo Jesús sois todos vosotros hijos de Dios,
27 y por el bautismo habéis sido unidos a Cristo y habéis sido revestidos de él.