9 Pero ahora que conocéis a Dios, o mejor dicho, que Dios os conoce a vosotros, ¿cómo podéis volver a someteros a esos débiles y pobres poderes, y a haceros sus esclavos?
10 Celebráis ciertos días, meses, estaciones y años...
11 ¡Mucho me temo que mi trabajo entre vosotros no haya servido de nada!
12 Hermanos, os ruego que os hagáis como yo, porque yo me he hecho como vosotros. No es que me hayáis causado ningún daño.
13 Como sabéis, cuando por primera vez os prediqué el evangelio lo hice debido a la enfermedad que padecía.
14 Y esa enfermedad fue una prueba para vosotros, que no me despreciasteis ni me rechazasteis a causa de ella, sino que, al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, ¡como si se tratase del propio Cristo Jesús!
15 ¿Qué fue de aquella alegría que sentíais? Puedo decir en vuestro favor que, si hubierais podido, hasta os habríais sacado los ojos para dármelos a mí.