14-15 “Yo soy el buen pastor. Como mi Padre me conoce y yo conozco a mi Padre, así conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
17 “El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir.
18 Nadie me quita la vida, sino que la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volverla a recibir. Esto es lo que me ordenó mi Padre.”
19 Cuando los judíos oyeron estas palabras volvieron a dividirse.
20 Muchos de ellos decían:–¿Por qué le hacéis caso, si tiene un demonio y está loco?
21 Pero otros decían:–Nadie que tenga un demonio puede hablar así. ¿Acaso un demonio puede dar la vista a los ciegos?