33 Los judíos le contestaron:–No vamos a apedrearte por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú, que no eres más que un hombre, te haces Dios a ti mismo.
34 Jesús les respondió:–En vuestra ley está escrito: ‘Yo dije que sois dioses.’
35 Sabemos que no se puede negar lo que dice la Escritura, y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje.
36 Y si Dios me apartó a mí y me envió al mundo, ¿cómo podéis decir que le he ofendido por haber dicho que soy Hijo de Dios?
37 Si no hago las obras que hace mi Padre, no me creáis.
38 Pero si las hago, creed en ellas aunque no creáis en mí, para que de una vez por todas sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
39 De nuevo quisieron apresarle, pero Jesús se escapó de sus manos.