7 Jesús le dijo:–Déjala, porque ella estaba guardando el perfume para el día de mi entierro.
8 A los pobres siempre los tendréis entre vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
9 Muchos judíos, al enterarse de que Jesús estaba en Betania, fueron allá, no solo por Jesús sino también por ver a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
10 Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro,
11 porque por causa suya muchos judíos se separaban de ellos y creían en Jesús.
12 Al día siguiente, la gran multitud que había acudido a Jerusalén para la fiesta de la Pascua se enteró de que Jesús llegaba a la ciudad.
13 Entonces cortaron hojas de palmera y salieron a recibirle, gritando:–¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el Rey de Israel!