15 Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas.
16 A los vendedores de palomas les dijo:–¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!
17 Sus discípulos recordaron entonces la Escritura que dice: “Me consumirá el celo por tu casa.”
18 Los judíos le preguntaron:–¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?
19 Jesús les contestó:–Destruid este templo y en tres días lo levantaré.
20 Le dijeron los judíos:–Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?
21 Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo.