24 Esto sucedió antes que metieran a Juan en la cárcel.
25 Por entonces, algunos de los seguidores de Juan comenzaron a discutir con un judío sobre la cuestión de las purificaciones,
26 y fueron a decirle a Juan:–Maestro, el que estaba contigo al oriente del Jordán, aquel de quien nos hablaste, ahora está bautizando y todos le siguen.
27 Juan les dijo:–Nadie puede tener nada si Dios no se lo da.
28 Vosotros mismos me habéis oído decir claramente que yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado por Dios delante de él.
29 En una boda, el que tiene a la novia es el novio; y el amigo del novio, que está allí y le escucha, se llena de alegría al oirle hablar. Por eso, también mi alegría es ahora completa.
30 Él ha de ir aumentando en importancia, y yo, disminuyendo.