17 –No tengo marido –contestó ella.Jesús le dijo:–Bien dices que no tienes marido,
18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho.
19 Al oir esto, le dijo la mujer:–Señor, ya veo que eres un profeta.
20 Nuestros antepasados los samaritanos adoraron a Dios aquí, en este monte, pero vosotros los judíos decís que debemos adorarle en Jerusalén.
21 Jesús le contestó:–Créeme, mujer, llega la hora en que adoraréis al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén.
22 Vosotros no sabéis a quién adoráis; nosotros, en cambio, sí sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos.
23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran.