8 Entonces otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
9 –Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es esto para tanta gente?
10 Jesús respondió:–Haced que todos se sienten.Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres.
11 Jesús tomó en sus manos los panes, y después de dar gracias a Dios los repartió entre los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los peces, dándoles todo lo que querían.
12 Cuando estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:–Recoged los trozos sobrantes, para que no se desperdicie nada.
13 Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los trozos que habían sobrado de los cinco panes de cebada.
14 La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús, decía:–Verdaderamente este es el profeta que había de venir al mundo.