39 Con esto quería decir Jesús que quienes creyesen en él recibirían el Espíritu. Y es que el Espíritu todavía no había venido, porque Jesús aún no había sido glorificado.
40 Entre la gente se encontraban algunos que al oir estas palabras dijeron:–Seguro que este hombre es el profeta.
41 Otros decían:–Este es el Mesías.Pero otros decían:–No, porque el Mesías no puede venir de Galilea.
42 La Escritura dice que el Mesías ha de ser descendiente del rey David y que procederá de Belén, del mismo pueblo de David.
43 Así que la gente se dividió por causa de Jesús.
44 Algunos querían apresarle, pero nadie llegó a ponerle las manos encima.
45 Los guardias del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron:–¿Por qué no lo habéis traído?