48 ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes o de los fariseos?
49 Pero esta gente que no conoce la ley está maldita.
50 Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo:
51 –Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberle oído para saber lo que ha hecho.
52 Le contestaron:–¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras y verás que ningún profeta ha venido de Galilea.
53 [Cada uno se fue a su casa.