15 y ellos le preguntaron cómo era que podía ver. Les contestó:–Me puso lodo sobre los ojos, me lavé y ahora veo.
16 Algunos fariseos dijeron:–El que hizo eso no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado.Pero otros decían:–¿Cómo puede alguien, siendo pecador, hacer esas señales milagrosas?De manera que estaban divididos.
17 Volvieron a preguntar al que había sido ciego:–Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices tú de ese hombre?–Yo digo que es un profeta –contestó.
18 Pero los judíos no quisieron creer que se trataba del mismo ciego, que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres
19 y les preguntaron:–¿Es este vuestro hijo? ¿Decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?
20 Sus padres contestaron:–Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego,
21 pero no sabemos cómo es que ahora ve, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Preguntádselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.