12 El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí a la vista de todos. Así que todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo:–Nunca habíamos visto nada semejante.
13 Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago. La gente se acercaba a él, y él les enseñaba.
14 Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:–Sígueme.Leví se levantó y le siguió.
15 Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos cobradores de impuestos y otra gente de mala fama estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
16 Unos maestros de la ley pertenecientes al partido fariseo, al ver que Jesús comía con todos ellos, preguntaron a los discípulos:–¿Cómo es que vuestro Maestro come con los cobradores de impuestos y con los pecadores?
17 Jesús los oyó y les dijo:–No necesitan médico los que gozan de buena salud, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
18 En una ocasión estaban ayunando los seguidores de Juan el Bautista y los de los fariseos. Algunas personas fueron a Jesús y le preguntaron:–Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan: ¿por qué no ayunan tus discípulos?