20 Pero Mical, la otra hija de Saúl, estaba enamorada de David. Y cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó saberlo,
21 pues pensó dársela a David como esposa para que ella lo hiciera caer en manos de los filisteos. Entonces le dijo a David por segunda vez:—Ahora sí vas a ser mi yerno.
22 Después Saúl ordenó a sus servidores:—Hablen ustedes en privado con David y díganle que yo, el rey, lo quiero mucho, y que todos mis servidores lo estiman, y que él debe ser mi yerno.
23 Los servidores de Saúl fueron a decirle todo esto a David, pero David les contestó:—¿Y creen ustedes que llegar a ser yerno del rey es tan fácil para alguien pobre e insignificante como yo?
24 Los servidores de Saúl fueron y le contaron a éste lo que David había dicho.
25 Entonces Saúl, con la intención de que David cayera en manos de los filisteos, les contestó:—Díganle a David que en lugar de la compensación que se acostumbra dar por la esposa, yo, el rey, prefiero que me entregue cien prepucios de filisteos, para vengarme de mis enemigos.
26 Los servidores de Saúl le comunicaron estas noticias a David, y David consideró apropiada la oportunidad de llegar a ser yerno del rey. Antes de que el plazo se cumpliera,