1 En el año segundo del gobierno del rey Darío, el día primero del sexto mes, el Señor, por medio del profeta Hageo, se dirigió al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Salatiel, y al jefe de los sacerdotes, Josué, hijo de Josadac.
2-3 Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: «Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo.
4 ¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas?
5 Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta.
6 Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto.