4 ¡Pero ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué, jefe de los sacerdotes! Y anímense todos ustedes, gente del país. Trabajen, que yo estoy con ustedes. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.
5 Tal como se lo prometí cuando salieron de Egipto, mi espíritu les acompaña. No tengan miedo.
6 Dentro de poco haré temblar el cielo y la tierra, el mar y la tierra firme.
7 Haré temblar a todas las naciones, y traerán sus riquezas, y mi templo se llenará de gloria.» El Señor todopoderoso lo afirma:
8 «Míos son la plata y el oro.
9 Este segundo templo será más hermoso que el primero. Entonces haré que haya paz en este lugar. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»
10 El día veinticuatro del noveno mes del mismo año del gobierno del rey Darío, el Señor se dirigió al profeta Hageo