20 »El pueblo de Efraín es para mí un hijo amado;es el hijo que más quiero.Aun cuando lo reprendo,no dejo de acordarme de él;mi corazón se conmuevey siento por él gran compasión.Yo, el Señor, lo afirmo.
21 »Israel, marca con señales el camino,para que vuelvas a encontrarlo fácilmente;fíjate bien en el camino que anduviste.¡Vuelve, pueblo de Israel,vuelve a tus ciudades!
22 ¿Hasta cuándo vas a ir de un lado a otro,como una hija descarriada?Yo, el Señor, he creado algo nuevo en este mundo:una mujer que corteja a un hombre.»
23 El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: «Cuando yo cambie la suerte de la gente de Judá, y ellos estén de nuevo en su tierra y en sus ciudades, dirán otra vez: “¡Que el Señor bendiga este monte santo donde habita la justicia!”
24 La gente de Judá y de sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños vivirán ahí.
25 Pues daré de comer y de beber en abundancia a los que estén cansados y sin fuerzas.»
26 En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.