4 Hay que desconfiar hasta del amigo;ni siquiera en el hermano se puede confiar,pues los hermanos se engañan entre síy los amigos se calumnian unos a otros.
5 Cada uno se burla del otro,y no hay quien diga la verdad.Se han acostumbrado a mentir;son perversos, incapaces
6 de cambiar.El Señor afirma:«¡Atropello tras atropello,falsedad tras falsedad!Mi pueblo no quiere reconocerme.
7 Por eso yo, el Señor todopoderoso, digo:¿Qué otra cosa puedo hacer con mi pueblo,sino ponerlo al fuego para refinarlo?
8 Sus lenguas son flechas mortales;andan diciendo falsedades.Saludan cordialmente a sus amigos,pero en realidad les están poniendo trampas.
9 ¿Y no los he de castigar por estas cosas?¿No he de darle su merecido a un pueblo así?Yo, el Señor, lo afirmo.
10 »Lloren y giman por las montañas,entonen un lamento por las praderas,porque están quemadas y ya nadie pasa por ellas;ya no se oye el mugir del ganado,y hasta las aves y las fieras se fueron huyendo.