10 Rut se inclinó hasta el suelo en señal de respeto, y le preguntó a Booz:—¿Por qué se ha fijado usted en mí y es tan amable conmigo, siendo yo una extranjera?
11 Booz respondió:—Sé muy bien todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu marido, y también sé que dejaste a tus padres y a tu patria por venir a vivir con nosotros, que éramos gente desconocida para ti.
12 ¡Que Dios te lo pague! ¡Que el Señor y Dios de Israel, en quien has buscado amparo, te premie por todo lo que has hecho!
13 Ella le contestó:—Usted es muy amable conmigo, y sus palabras me llenan de aliento. Me ha hablado usted con cariño, aunque yo ni siquiera soy como una de sus criadas.
14 A la hora de comer, Booz llamó a Rut y le dijo:—Ven acá, toma un pedazo de pan y mójalo en esta salsa de vinagre.Rut se sentó junto a los segadores, y Booz le dio grano tostado. Ella comió hasta quedar satisfecha, y todavía le sobró.
15 Luego, cuando fue otra vez a recoger espigas, Booz ordenó a sus criados:—Dejen que también recoja espigas entre los manojos de cebada. No se lo impidan.
16 Y aun dejen caer algunas espigas de sus propios manojos, para que ella las recoja. ¡Que nadie la moleste!