19 —¿Dónde trabajaste hoy? —le preguntó Noemí—. ¿Dónde recogiste tantas espigas? ¡Bendito sea el que te ha ayudado de esa manera!Rut le contó a su suegra con quién había estado trabajando.—El hombre con quien he trabajado se llama Booz —le dijo.
20 Y Noemí le contestó:—¡Que el Señor lo bendiga! Él ha sido bondadoso con nosotras ahora, como antes lo fue con los que ya han muerto. Ese hombre es pariente cercano de nosotras, y por eso es uno de los que tienen el deber de protegernos.
21 Rut añadió:—También me dijo que siga yo trabajando con sus criadas hasta que se termine la cosecha.
22 Entonces Noemí respondió a su nuera:—Hija mía, me parece bien que te quedes con sus criadas y que no vayas a ningún otro campo, para que nadie te moleste.
23 Rut siguió, pues, recogiendo espigas con las criadas de Booz hasta que se terminó la cosecha de la cebada y el trigo. Mientras tanto, vivía en compañía de su suegra.