33 Le dijeron a Jesús:—Los seguidores de Juan y de los fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos siempre comen y beben.
34 Jesús les contestó:—¿Acaso pueden ustedes hacer ayunar a los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos?
35 Pero llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día, entonces sí ayunarán.
36 También les puso esta comparación:—Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace así, echa a perder el vestido nuevo; además, el pedazo nuevo no quedará bien con el vestido viejo.
37 Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y tanto el vino como los cueros se pierden.
38 Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos.
39 Y nadie que toma el vino añejo quiere después el nuevo, porque dice: “El añejo es más sabroso.”,