15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron los milagros que hacía, y oyeron que los niños gritaban en el templo: «¡Hosana al Hijo del rey David!», se enojaron
16 y dijeron a Jesús:—¿Oyes lo que ésos están diciendo?Jesús les contestó:—Sí, lo oigo. Pero ¿no han leído ustedes la Escritura que habla de esto? Dice:“Con los cantos de los pequeños,de los niñitos de pecho,has dispuesto tu alabanza.”
17 Entonces los dejó, y se fue de la ciudad a Betania, donde pasó la noche.
18 Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre.
19 Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera:—¡Nunca más vuelvas a dar fruto!Y al instante la higuera se secó.
20 Al ver lo ocurrido, los discípulos se maravillaron y preguntaron a Jesús:—¿Cómo es que la higuera se secó al instante?
21 Jesús les contestó:—Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: “Quítate de ahí y arrójate al mar”, así sucederá.