9 Jesús se fue de allí y vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:—Sígueme.Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
10 Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa junto con Jesús y sus discípulos.
11 Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:—¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
12 Jesús lo oyó y les dijo:—Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos.
13 Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios.” Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
14 Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:—Nosotros y los fariseos ayunamos mucho, ¿por qué tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les contestó:—¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio; entonces sí ayunarán.