1 ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior.
2 Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios;
3 y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres.
4 ¡Oh gente infiel! ¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios.
5 Por algo dice la Escritura: «Dios ama celosamente el espíritu que ha puesto dentro de nosotros.»