29 Y sucedió en aquel tiempo que cuando Jeroboam salió de Jerusalén, el profeta Ahías silonita lo encontró en el camino. Ahías se había puesto un manto nuevo y los dos estaban solos en el campo.
30 Entonces Ahías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí, lo rasgó en doce pedazos,
31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti diez pedazos; porque así dice el Señor, Dios de Israel: "He aquí, arrancaré el reino de la mano de Salomón y a ti te daré diez tribus
32 (pero él tendrá una tribu, por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, la ciudad que he escogido de entre todas las tribus de Israel),
33 porque me han abandonado, y han adorado a Astoret, diosa de los sidonios, a Quemos, dios de Moab, y a Milcom, dios de los hijos de Amón, y no han andado en mis caminos, para hacer lo recto delante de mis ojos y guardar mis estatutos y mis ordenanzas, como lo hizo su padre David.
34 "Sin embargo, no quitaré todo el reino de su mano, sino que lo haré príncipe todos los días de su vida, por amor a mi siervo David a quien escogí, el cual guardó mis mandamientos y mis estatutos;
35 pero quitaré el reino de mano de su hijo y te lo daré a ti, es decir, las diez tribus.