22 Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
23 Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciéndoles:
24 "Así dice el Señor: 'No subiréis ni pelearéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; vuelva cada uno a su casa, porque de mí ha venido esto.'" Y ellos escucharon la palabra del Señor, y se volvieron para irse conforme a la palabra del Señor.
25 Entonces Jeroboam edificó Siquem en la región montañosa de Efraín, y habitó allí. De allí salió y edificó Penuel.
26 Y Jeroboam se dijo en su corazón: Ahora el reino volverá a la casa de David
27 si este pueblo continúa subiendo a ofrecer sacrificios en la casa del Señor en Jerusalén, porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor, es decir a Roboam, rey de Judá, y me matarán y volverán a Roboam, rey de Judá.
28 Y el rey tomó consejo, hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Es mucho para vosotros subir a Jerusalén; he aquí vuestros dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.