57 Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que no nos deje ni nos abandone,
58 para que incline nuestro corazón hacia El, para que andemos en todos sus caminos y para que guardemos sus mandamientos, sus estatutos y sus preceptos que ordenó a nuestros padres.
59 Y que estas palabras mías, con las que he suplicado delante del Señor, estén cerca del Señor nuestro Dios día y noche, para que El haga justicia a su siervo y justicia a su pueblo Israel, según las necesidades de cada día,
60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el Señor es Dios; no hay otro.
61 Estén, pues, vuestros corazones enteramente dedicados al Señor nuestro Dios, para que andemos en sus estatutos y guardemos sus mandamientos, como en este día.
62 Y el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante del Señor.
63 Y Salomón ofreció como sacrificio de las ofrendas de paz, que él ofreció al Señor, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron la casa del Señor el rey y todos los hijos de Israel.