8 Entonces rodearéis al rey, cada uno con sus armas en la mano; y cualquiera que penetre las filas será muerto. Y estad con el rey cuando salga y cuando entre.
9 Y los capitanes de centenas hicieron conforme a todo lo que había ordenado el sacerdote Joiada. Y cada uno de ellos tomó sus hombres, los que habían de entrar en el día de reposo, junto con los que habían de salir el día de reposo, y vinieron al sacerdote Joiada.
10 Entonces el sacerdote dio a los capitanes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa del Señor.
11 Y los guardias se colocaron cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo de la misma, junto al altar y junto a la casa, alrededor del rey.
12 Entonces Joiada sacó al hijo del rey y le puso la corona, y le dio el libro del testimonio; hicieron rey a Joás y lo ungieron, y batiendo palmas, gritaron: ¡Viva el rey!
13 Al oír Atalía el ruido de la guardia y del pueblo, se llegó al pueblo en la casa del Señor,
14 y miró, y he aquí el rey estaba de pie junto a la columna, según la costumbre, y los capitanes y los trompetas estaban al lado del rey; y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó: ¡Traición, traición!