15 Aborreced el mal, amad el bien, y estableced la justicia en la puerta. Tal vez el Señor, Dios de los ejércitos, sea misericordioso con el remanente de José.
16 Por tanto, así dice el Señor, el Señor Dios de los ejércitos: En todas las plazas hay llanto, y en todas las calles dicen: ¡Ay! ¡Ay! Llaman a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir.
17 En todas las viñas habrá llanto, porque pasaré por en medio de ti--dice el Señor.
18 ¡Ay de los que ansían el día del Señor! ¿De qué os servirá el día del Señor? Será tinieblas, y no luz;
19 como cuando uno huye de un león, y se encuentra con un oso, o va a casa, apoya la mano en la pared, y lo muerde una culebra.
20 ¿No será tinieblas el día del Señor, y no luz, oscuridad, y no resplandor?
21 Aborrezco, desprecio vuestras fiestas, tampoco me agradan vuestras asambleas solemnes.