4 Los que se acuestan en camas de marfil, se tienden sobre sus lechos, comen corderos del rebaño y terneros de en medio del establo;
5 que improvisan al son del arpa, y como David han compuesto cantos para sí;
6 que beben vino en tazones del altar y se ungen con los óleos más finos, pero no se lamentan por la ruina de José,
7 irán por tanto ahora al destierro a la cabeza de los desterrados, y se acabarán los banquetes de los disolutos.
8 El Señor Dios ha jurado por sí mismo, ha declarado el Señor, Dios de los ejércitos: Aborrezco la arrogancia de Jacob, y detesto sus palacios; por tanto entregaré la ciudad y cuanto hay en ella.
9 Y sucederá que si diez hombres quedan en una misma casa, morirán.
10 Entonces su tío o su incinerador, levantará a cada uno para sacar sus huesos de la casa, y dirá al que está en el fondo de la casa: ¿Hay alguien más contigo? Y éste responderá: Nadie. Entonces aquél dirá: Calla, porque no se debe hacer mención del nombre del Señor.