7 Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a mi amor, hasta que quiera.
8 ¡Una voz! ¡Mi amado! He aquí, él viene, saltando por los montes, brincando por los collados.
9 Mi amado es semejante a una gacela o a un cervatillo. He aquí, se detiene detrás de nuestro muro, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías.
10 Mi amado habló, y me dijo: "Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven conmigo.
11 "Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido.
12 "Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra.
13 "La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia. Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo."