9 Por tanto, Leví no tiene porción o herencia con sus hermanos; el Señor es su herencia, así como el Señor tu Dios le habló.)
10 Y me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches como la primera vez, y el Señor me escuchó también esta vez; y el Señor no quiso destruirte.
11 Entonces me dijo el Señor: "Levántate, continúa tu marcha al frente del pueblo, para que entren y tomen posesión de la tierra que yo juré a sus padres que les daría."
12 Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
13 y que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos que yo te ordeno hoy para tu bien?
14 He aquí, al Señor tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay.
15 Sin embargo, el Señor se agradó de tus padres, los amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre todos los pueblos, como se ve hoy.