6 no sea que el vengador de la sangre en el furor de su ira persiga al homicida, y lo alcance porque el camino es largo, y le quite la vida aunque él no merecía la muerte, porque no lo había odiado anteriormente.
7 Por tanto, te mando, diciendo: Reservarás para ti tres ciudades.
8 Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como ha jurado a tus padres, y te da toda la tierra que ha prometido dar a tus padres
9 (si guardas cuidadosamente todos estos mandamientos que te mando hoy, de amar al Señor tu Dios y de andar siempre en sus caminos), entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tres.
10 Para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que el Señor tu Dios te da por heredad, y no seas culpable de derramar sangre.
11 Pero si hay un hombre que odia a su prójimo, y acechándolo, se levanta contra él, lo hiere, y éste muere, y después él huye a una de estas ciudades,
12 entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera.