6 ¿Así pagáis al Señor, oh pueblo insensato e ignorante? ¿No es El tu padre que te compró? El te hizo y te estableció.
7 Acuérdate de los días de antaño; considera los años de todas las generaciones. Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber; a tus ancianos, y ellos te lo dirán.
8 Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó los hijos del hombre, fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
9 Pues la porción del Señor es su pueblo; Jacob es la parte de su heredad.
10 Lo encontró en tierra desierta, en la horrenda soledad de un desierto; lo rodeó, cuidó de él, lo guardó como a la niña de sus ojos.
11 Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, extendió sus alas y los tomó, los llevó sobre su plumaje.
12 El Señor solo lo guió, y con él no hubo dios extranjero.