25 "Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz del Señor nuestro Dios, entonces moriremos.
26 "Porque, ¿qué hombre hay que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, como nosotros, y haya sobrevivido?
27 "Acércate tú, y oye lo que el Señor nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos."
28 Y el Señor oyó la voz de vuestras palabras cuando me hablasteis y el Señor me dijo: "He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado. Han hecho bien en todo lo que han dicho.
29 "¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
30 "Ve y diles: 'Volved a vuestras tiendas.'
31 "Pero tú, quédate aquí conmigo, para que yo te diga todos los mandamientos, los estatutos y los decretos que les enseñarás, a fin de que los cumplan en la tierra que les doy en posesión."