23 Pues el Señor pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el Señor pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros .
24 Y guardaréis esta ceremonia como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre.
25 Y cuando entréis a la tierra que el Señor os dará, como ha prometido, guardaréis este rito.
26 Y sucederá que cuando vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significa este rito para vosotros?",
27 vosotros diréis: "Es un sacrificio de la Pascua al Señor, el cual pasó de largo las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas." Y el pueblo se postró y adoró.
28 Los hijos de Israel fueron y lo hicieron así; tal como el Señor había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
29 Y sucedió que a la medianoche, el Señor hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito del ganado.