2 'Porque si te niegas a dejarlos ir y los sigues deteniendo,
3 he aquí, la mano del Señor vendrá con gravísima pestilencia sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas.
4 'Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto, y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.'"
5 Y el Señor fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el Señor hará esto en la tierra.
6 Y el Señor hizo esto al día siguiente, y perecieron todos los ganados de Egipto; pero de los ganados de los hijos de Israel, ni un solo animal murió.
7 Y Faraón envió a ver, y he aquí, ni un solo animal de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció y no dejó ir al pueblo.
8 Entonces el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón;