4 He aquí, todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo mías son. El alma que peque, ésa morirá.
5 Pero el hombre que es justo, y practica el derecho y la justicia,
6 y no come en los santuarios de los montes ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni amancilla a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su menstruación;
7 el hombre que no oprime a nadie, sino que devuelve al deudor su prenda; que no comete robo, sino que da su pan al hambriento y cubre al desnudo con ropa,
8 que no presta dinero a interés ni exige con usura, que retrae su mano de la maldad y hace juicio verdadero entre hombre y hombre,
9 que anda en mis estatutos y mis ordenanzas obrando fielmente, ése es justo; ciertamente vivirá--declara el Señor Dios.
10 Pero si engendra un hijo violento que derrama sangre y que hace cualquiera de estas cosas a un hermano