5 Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible y lengua difícil, sino a la casa de Israel;
6 tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán.
7 Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.
8 He aquí, he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes.
9 Como esmeril, más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde.
10 Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo, y escúchalas atentamente.
11 Y ve a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: "Así dice el Señor Dios."