8 Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en el muro. Cavé en el muro, y he aquí una entrada.
9 Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí.
10 Entré, pues, y miré; y he aquí, había toda clase de reptiles y bestias y cosas abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel estaban grabados en el muro por todo alrededor.
11 Y de pie frente a ellos, estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías, hijo de Safán, de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso subía.
12 Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: "El Señor no nos ve; el Señor ha abandonado la tierra."
13 Y me dijo: Aún verás que cometen mayores abominaciones.
14 Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del Señor que está al norte; y he aquí, había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.