5 Las aguas fueron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo; y el día primero del mes décimo, se vieron las cimas de los montes.
6 Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que él había hecho,
7 y envió un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta que se secaron las aguas sobre la tierra.
8 Después envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra,
9 pero la paloma no encontró lugar donde posarse, de modo que volvió a él, al arca, porque las aguas estaban sobre la superficie de toda la tierra. Entonces extendió su mano, la tomó y la metió consigo en el arca.
10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma desde el arca.
11 Y hacia el atardecer la paloma regresó a él, y he aquí, en su pico traía una hoja de olivo recién arrancada. Entonces Noé comprendió que las aguas habían disminuido sobre la tierra.