4 Por tanto digo: Apartad de mí la mirada, dejadme llorar amargamente; no tratéis de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo.
5 Pues hay un día de pánico, servidumbre y confusión de parte del Señor, Dios de los ejércitos, en el valle de la visión, un derribar de murallas y un clamor al monte.
6 Elam tomó la aljaba con carros, infantería, y jinetes, y Kir desnudó el escudo.
7 Tus mejores valles estaban llenos de carros, y los jinetes tomaron posiciones a la puerta.
8 Entonces cayó la defensa de Judá. Confiasteis aquel día en las armas de la casa del bosque,
9 y visteis que eran muchas las brechas en la muralla de la ciudad de David, y recogisteis las aguas del estanque inferior.
10 Entonces contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar la muralla.