23 Entonces El dará lluvia para la semilla que sembrarás en la tierra, y pan del producto de la tierra, y será rico y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en espaciosos pastizales.
24 También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y con bieldo.
25 Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes el día de la gran matanza, cuando caigan las torres.
26 Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y cure la llaga que El ha causado.
27 He aquí, el nombre del Señor viene de lejos ardiente es su ira, y denso es su humo. Sus labios están llenos de indignación, su lengua es como fuego consumidor,
28 y su aliento como un torrente desbordado que llega hasta el cuello, para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción, y poner la brida que conduce a la ruina en las mandíbulas de los pueblos.
29 Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la fiesta, y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la flauta, para ir al monte del Señor, a la Roca de Israel.