3 Y acontecerá que el que sea dejado en Sion y el que quede en Jerusalén será llamado santo: todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén.
4 Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sion y haya limpiado la sangre derramada de en medio de Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu abrasador,
5 entonces el Señor creará sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel;
6 será un cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y refugio y protección contra la tormenta y la lluvia.