25 Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados.
26 Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú para justificarte.
27 Tu primer padre pecó, y tus voceros prevaricaron contra mí.
28 Por tanto, profanaré a los príncipes del santuario, y entregaré a Jacob al anatema y a Israel al oprobio.