8 ¡Ay de los que juntáis casa con casa, y añadís campo a campo hasta que no queda sitio alguno, para habitar vosotros solos en medio de la tierra!
9 A mis oídos el Señor de los ejércitos ha jurado: Ciertamente muchas casas serán desoladas, grandes y hermosas, pero sin moradores.
10 Porque diez yugadas de viña producirán sólo un bato de vino , y un homer de semilla producirá sólo un efa de grano .
11 ¡Ay de los que se levantan muy de mañana para ir tras la bebida, de los que trasnochan para que el vino los encienda!
12 En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y vino, y no contemplan las obras del Señor, ni ven la obra de sus manos.
13 Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento; sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de sed.
14 Por tanto el Seol ha ensanchado su garganta y ha abierto sin medida su boca; y a él desciende el esplendor de Jerusalén, su multitud, su alboroto y el que se divertía en ella.