11 Por tanto el Señor levanta adversarios de Rezín contra ellos, e incita a sus enemigos,
12 los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida.
13 Pero el pueblo no ha vuelto a Aquel que los hirió, no han buscado al Señor de los ejércitos.
14 El Señor, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, la hoja de palmera y el junco en un mismo día.
15 El anciano y venerable es la cabeza, y el profeta que enseña la mentira, es la cola.
16 Porque los que guían a este pueblo lo extravían; y los guiados por ellos son confundidos.
17 Por eso no se complace el Señor en sus jóvenes, ni se compadece de sus huérfanos ni de sus viudas; porque todos ellos son impíos y malhechores, y toda boca habla necedades. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida.