6 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.
8 El Señor envía mensaje contra Jacob, y cae sobre Israel.
9 Y todo el pueblo lo sabe, es decir, Efraín y los habitantes de Samaria, los que con arrogancia y altivez de corazón afirman:
10 Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con cedros los reemplazaremos.
11 Por tanto el Señor levanta adversarios de Rezín contra ellos, e incita a sus enemigos,
12 los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida.